6/7/16

PARA PEDIR UNA GRACIA ESPECIAL: NOVENA A NUESTRA SEÑORA DEL CARMELO



NOVENA A NUESTRA SEÑORA DEL CARMELO






I.- Para todos los días de la Novena

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios Nuestro.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.

Acto de contrición

Señor mío Jesucristo, Dios y Redentor de nuestras almas, con grande humildad y dolor de mi corazón vengo a vuestras plantas a pediros perdón por todos mis pecados; me pesa de haberos ofendido, y mil veces me arrepiento, porque sois infinitamente bueno, infinitamente amable y digno de todo mi amor; por tanto propongo firmemente, ayudado de vuestra gracia, nunca más pecar, confesar mis culpas y satisfacer a vuestra justicia.
Confío en vuestra divina misericordia que me perdonaréis todos mis pecados, me ayudaréis con vuestras gracias y me daréis después la gloria eterna. Amén.

Oración a Nuestra Señora del Carmelo

Gloriosa siempre Virgen María, Madre de Dios y especial Protectora de los que visten vuestro santo Escapulario: confiado en vuestra bondad y en el amor de que tantas pruebas nos habéis dado, os suplico con todo el afecto de mi corazón que me alcancéis de vuestro divino Hijo Jesús el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salud eterna de mi alma, el remedio en mis necesidades, el consuelo en mis penas, y en particular la gracia que os pido en esta novena. Recibid mis pobres súplicas, y haced que sean para la mayor gloria de Dios y bien de mi alma. Yo acudo a Vos, que sois mi Madre y mi Señora, para que intercedáis por mí, seguro de que vuestra súplica todo lo alcanza, mientras postrado reverente ante vuestra presencia, os saludo con el Ángel diciéndoos: (tres Avemarías).

Lectura del día

…………….

Salve

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A Tú clamamos los desterrados hijos de Eva, a Tú suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, Abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce, siempre Virgen María! Madre de Dios, ruega por nosotros para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Gracia

Pídase ahora con toda confianza la gracia que se desea alcanzar por mediación de la Virgen Santísima del Carmen.

Oración final

Amorosa Reina del Carmelo, confiado en la protección especial que, como Madre cariñosa, concedéis a los que acuden a vuestras plantas vestidos de vuestro santo Escapulario, vengo a implorar vuestro valimiento, como de quien todo lo puede, en la necesidad o peligro que ahora experimento. Sólo pido de Vos una mirada de amor para que comprendáis lo que sufre mi corazón y os mueva a concederme la gracia que os pido, y yo quedaré eternamente agradecido a Vos y os serviré en la tierra con limpieza de alma para gozar después de vuestra compañía en el Cielo. Amén.

II.- Lectura para cada día de la Novena

Día Primero

La Orden carmelitana, no obstante ser tan amada y protegida de María, que la ha distinguido con los más singulares favores, se hallaba perseguida de muchos enemigos envidiosos de sus glorias, cuando San Simón Stok la regía como General. ¿Cómo permitió María que su Orden predilecta sufriese tal persecución? Muchas veces permite Dios que las almas que le son agradables, las almas buenas y santas, sufran persecución, desprecios, contradicción y molestias, para probar su fidelidad, para que se ejerciten en la paciencia y darles ocasión de merecer el Cielo. ¿No os ha acaecido así a vosotros? ¿No habéis sido nunca censurados, burlados o despreciados, acaso por vuestras obras de virtud? ¿Y cómo os portáis entonces? Imitad a San Simón Stok, que en su aflicción acude a la Virgen, fuente de consuelo y Madre de todas las gracias, confiando en su amorosa protección, que nunca falta a las almas que de veras piden su ayuda. Acudid, pues, a la Virgen del Carmen en todas vuestras necesidades de alma y cuerpo, y como pequeñuelo que acude al amparo de su madre, cobijándose bajo su protección, estad seguro de que no os faltará ayuda y consuelo. Pidamos, pues, las gracias que necesita nuestro corazón, y en particular la que deseamos conseguir en esta novena, diciéndole: Salve …