13/5/11

Maria Modelo de Contemplación

 



Recordando el pasaje bíblico del evangelio en el cual nuestro Señor siendo crucificado al ver a su Madre junto a su discípulo amado (Juan 19; 25-27), hemos de meditar la maravillosa escena: Jesús q dentro de su Corazón ardiente de amor, con verdadero celo por las almas, llegando al colmo del amor al grado de entregarse completamente derramando toda su sangre, en el momento de su mayor entrega amorosa anticipo a la Gloriosa Resurrección ha tenido a bien entregarnos a Maria en la figura del discípulo amado, nótese como el evangelio se refiere a esta escena, pues al no identificar a ese discípulo hace notar que la voluntad de Jesús es que el mensaje de este hecho sea para todos los hombres.
En la actitud generosa de nuestro Señor y la reacción de aquel discípulo que desde ese momento acoge a Maria como su Madre llevándosela a su casa. Este gesto en la figura de aquel discípulo, simboliza un camino para aquel cristiano que desea ser un verdadero discípulo de Jesucristo, "amando a Maria este se convierte en un discípulo amado por Jesús". De ahí la importancia en que los Santos valoraron y manifestaron su amor a la Santísima Virgen Maria porque comprendieron de alguna forma por medio de la gracia que un buen discípulo es amante de Maria.
En el ejemplo de Maria encontramos un verdadero modelo de contemplación en medio del mundo en el cual vivía.
Mientras nosotros nos quejamos de los inconvenientes para vivir una vida Cristiana totalmente entregada al grado de admirar a aquellos que son consagrados a la vida religiosa o sacerdotal, Maria nos enseña con su actitud silenciosa y orante la marca de un camino verdadero y santo para todo Cristiano viviendo en unión a Dios en el mismo estado en el que cada uno nos encontramos.
Jesús en el evangelio de San Juan (Cáp.15) nos habla de su deseo de que el hombre permanezca íntimamente unido a El “Como mi Padre me amo, así también los he amado yo: permanezcan en mi amor” permanecer en el amor lleva consigo un trato de intimidad con quien se ama, pues es el trato intimo con el otro ser que se ama es lo que conserva el amor mismo. Esto es la contemplación vivir en intimidad con Jesús en el amor, en El tenemos la promesa que no nos abandona, permaneciendo en comunión con El “como el sarmiento a la vid” esa alma dará abundante fruto y como el mismo Jesús lo expresa “Mi Padre es glorificado cuando ustedes producen abundantes frutos; entonces pasan ha ser discípulos míos” es el abundante fruto del cumplimiento de sus mandatos que nos alcanza la plenitud, siempre unidos a Cristo por el cual el Padre es glorificado, y esta comunión con Cristo es verdaderamente fecunda, llegando así el alma contemplativa a gozar del anticipo del cielo en la tierra.
Maria es quien se convierte para nosotros en modelo de contemplación, ejemplo verdadero de unión a Dios en medio del mundo. San Pablo nos dice ¿Quién podrá separarnos del amor de Cristo? Y es que nadie puede penetrar el santuario silencioso del alma misma dentro del hombre, es en este donde el hombre encuentra aun en medio del mundo el lugar de adoración perpetua a Dios todopoderoso para el cual no hay imposibles y que es el amor mismo “Dios es amor”, esto nos une al deseo de Cristo que encontramos en el evangelio (San Juan 15).
Maria Meditando todo en su Corazón con su silencio en medio de los asuntos cotidianos con su ejemplo nos muestra que es posible para toda alma ser contemplativos en la vida comun aun en medio de los quehaceres cotidianos e incluso dentro del sufrimiento mismo, ya que vemos en Maria que desde el principio y aun al pie de la Cruz contemplaba a Dios en todo, aquella escena mirando a su hijo, en medio del dolor, lagrimas, de todo su sufrimiento, Maria es capaz con la ayuda de la gracia que la acompaña de contemplar en todo momento a Dios ¿y quien podría penetrar en el santuario de su silencio interior dentro de su alma? En ella encontramos la prueba de que es posible llevar vida de oración en medio del mundo, que todo es gracia.
El deseo de Cristo a vivir en comunión con El “permanezcan en mi amor” me hace pensar que todos somos llamados a la contemplación en cualquier estado de la vocación Cristiana, ¡somos templos vivos!

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