11/11/18

SAN JOSÉ, EL ESPOSO DE LA INMACULADA VIRGEN MADRE DEL VERBO ENCARNADO



Publicado en ACCIÓN ANTONIANA






La inmaculada concepción de San José


Vamos a tratar de esta cuestión, dejando a un lado las aberraciones prohibidas del P. Corbató.

Muchas son las revistas en que hemos emitido esta proposición. Hoy sólo haremos un resumen de esta cuestión, conforme a las indicaciones que hemos publicado en años anteriores en folletos y artículos.

1°.- Argumento de Posibilidad.— Hoy la posibilidad de defender católicamente la Inmaculada Concepción de San José está fuera de toda duda, porque el Sr. Obispo de Oviedo dice en la Pastoral de Febrero de 1925: «La santificación de José en el útero materno y aún su inmunidad del pecado original, han sido sostenidas por algunos autores y pueden ser admitidas privadamente, pues no faltan razones que abonen su existencia.» Se puede defender en el terreno católico que San José fue concebido sin pecado original. El Concilio Tridentino no dijo que la Virgen María era la sola exceptuada del pecado original, y por consiguiente se puede sostener, sin incurrir en censura alguna teológica o eclesiástica, la Inmaculada Concepción de San José. Por esto dice el P. Cantera en la página 381 de su magistral obra: «Si alguien, para satisfacer su piedad, quiere privadamente atribuir a San José tal privilegio, no pecará».

Ni de este privilegio del dichoso Patriarca se sigue igualdad de gracias y prerrogativas entre San José y la Inmaculada Virgen, porque esto depende de mayores o menores dones que Dios dispensa a las almas; y siempre hemos de admitir más plenitud de gracias en María Santísima que en San José, porque la unión de ella con Jesús es substancial e intrínseca, y la del glorioso Patriarca extrínseca solamente. Ni la igualdad de los méritos de los Santos se mide de su concepción, sino de sus respectivas gracias y dones y de la cooperación a ellas.

Si medimos la posibilidad de la Inmaculada Concepción de San José con la potencia de Dios, es claro y evidente que el Señor podría preservarlo del pecado original, pudiendo aducir el silogismo del Venerable Escoto para probar todas estas excelencias: potuit; decuit; ergo fecit; pues no cabe imposibilidad metafísica, física, ni moral.

15/2/18

OCHO MEDITACIONES SOBRE EL INMACULADO CORAZÓN DE LA MADRE

"QUIEN SE PIERDE EN EL CORAZÓN DE MARÍA, SE ENCUENTRA EN EL CORAZÓN DE JESÚS"

(De "Meditaciones sobre la Santísima Virgen María", de Ildefonso Rodríguez Villar")



MED I T A C IÓN 6 5
EL CORAZÓN DE L A S A N T Í S I M A V I R GEN

1.° Objeto doble. — No hay duda que el objeto de esta devoción, del
Corazón purísimo de la Santísima Virgen, puede considerarse de dos
maneras: su objeto material... y su objeto formal..., de suerte, que así
como el hombre consta de dos elementos, uno material y visible, que
es su cuerpo, y otro espiritual e invisible que es su alma... y así como
sólo de la unión de estos dos elementos resulta el hombre total y
completo..., del mismo modo, en esta hermosísima devoción, si no
distinguimos y conocemos bien, para luego juntarlos y no separarlos
nunca, los dos elementos que la forman, no llegaremos jamás a
penetrar en lo que es y vale, esta devoción al Corazón Inmaculado de
la Virgen.
Pues bien, estos dos elementos son: el primero, material, que es el
mismo corazón físico..., real..., palpitante..., de la Santísima Virgen..., un
corazón de carne..., un corazón humano..., un corazón en todo semejante
al de los demás hombres...
Y el otro elemento, el formal..., el invisible e inmaterial y que consiste
en el amor..., en la caridad de la Virgen, encerrada... y simbolizada en