Rindamos nuestro homenaje al Sagrado
El Señor abrió la herida de su dulce Corazón
y dijo: 'He aquí la grandeza de mi amor'...
Unió su dulce Corazón con el corazón del
alma, y le dio todas las prácticas de
contemplación, devoción y amor, y la hizo
rica en todo bien... Después de la Santa
Comunión anhelaba sólo la alabanza de Dios.
Entonces el Señor le dio su Corazón divino en
la forma de un ornamento de oro ricamente
decorado, y le dijo: 'Por mi Corazón divino
siempre me alabarás.'
Santa Matilde de Hackeborn (1241-1298), "Libro de la Gracia Especial"
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