9/9/16

SOBRE LA PERFECCIÓN DE LA VIDA ESPIRITUAL









Santo Tomás de Aquino




La perfección de la vida espiritual consiste esencialmente en la caridad
En primer lugar, hay que tener en cuenta que perfecto tiene múltiples acepciones. Algo puede ser perfecto en absoluto, o sólo desde algún punto de vista. Perfecto en absoluto es aquello que alcanza el fin que le corresponde según su propia naturaleza; perfecto desde algún punto de vista es lo que logra el fin correspondiente a alguna de las cosas conexas con su propia naturaleza. Así, por ejemplo, de un animal se dice que es perfecto en absoluto, cuando es conducido hasta un fin en el que no falte nada de lo perteneciente a la integridad de la vida animal: no hay carencia alguna en el número y disposición de los miembros, el cuerpo ha logrado su desarrollo y goza de las potencias capaces de realizar las operaciones propias de la vida animal. Perfecto desde algún punto de vista es el animal que alcanza la perfección de algo concomitante: por ejemplo, perfecto en blancura, en olfato, o en cosa semejante.
De acuerdo con esto, por lo que se refiere a la vida espiritual, se dice que un hombre es perfecto en absoluto, cuando en él se cumple lo que es principal en la vida espiritual. La perfección desde algún punto de vista consiste en algo que se añade a la vida espiritual.
Ahora bien, la vida espiritual consiste principalmente en la caridad; de modo que, desde el punto de vista espiritual, quien no la posee es tenido en nada. Por este motivo el Apóstol dice: Aunque tuviese el don de profecía, aunque tuviese plenitud de ciencia y conociese todos los misterios, aunque mi fe fuese capaz de trasladar montañas, si no tengo caridad,no soy nada (1 Cor 13,2). El apóstol San Juan afirma que toda la vida espiritual consiste en el amor. Dice, en efecto: Sabemos que hemos sido trasladados de la muerte a la vida en que amamos a los hermanos. Quien no ama permanece en la muerte (1 Jn 3,14).
Por consiguiente, cuando se trata de vida espiritual, es perfecto en absoluto aquel que es perfecto en la caridad. Desde algún particular punto de vista, puede uno ser considerado perfecto cuando posee con perfección cualquiera otra cosa perteneciente a la vida espiritual. Lo cual puede ser demostrado claramente por lo que la Sagrada Escritura dice. El Apóstol atribuye la perfección principalmente a la caridad (cf. Col 3,14). Después de haber enumerado varias virtudes, a saber, la misericordia, la benignidad, la humildad, etc., añade:Ante todo, tened caridad, que es vínculo de perfección.
Algunos son llamados perfectos en razón del conocimiento intelectual. Dice, en efecto, el Apóstol: En cuanto a malicia, sed niños; pero sed perfectos en el juicio (1 Cor 14,20). Y en otro lugar de la misma carta dice: Sed perfectos en el sentir y en el pensar (1,10). El Apóstol habla así después de haber dicho que, por grande que sea la ciencia de alguien, si a éste le falta la caridad, es tenido en nada. Desde este punto de vista, puede alguien ser llamado perfecto en razón de la paciencia, la cual produce obras perfectas, como dice Santiago (cf. Sant 1,4); y cosa parecida se puede decir respecto de cualesquiera otras virtudes. Esto no debe extrañar, porque también en el orden del mal se dice de alguien que es perfecto: perfecto ladrón, perfecto bandido. La Escritura misma usa este modo de hablar. Isaías, por ejemplo, dice: El corazón del necio comete iniquidad con perfecto disimulo (Is 32,6).
Fuente: Opúsculo, Capítulo 2

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