LAS PROMESAS DE LA VIRGEN DEL CARMEN SOBRE EL ESCAPULARIO
julio 16th, 2012 Juan Carlos Noriega
Decía el Papa León XIII,
“Su misma nobleza de origen, su venerada antigüedad, su extraordinaria
propagación, así como los saludables efectos de piedad por él obtenidos,
y los insignes milagros obrados por su virtud, lo recomiendan con el
mayor encarecimiento”. A él ha vinculado la Virgen dos maravillosas promesas:
Primera promesa…
Es la gran promesa, el privilegio de preservación o exención del
infierno para cuantos mueren revestidos con el Escapulario Carmelitano.
Orando con fervor a la Virgen S. Simón Stock, General de la Orden
Carmelitana, apareciósele circundada de ángeles la Stma. Virgen (15 de
Julio de 1251) y entregándole, como prenda de su amor maternal y de
ilimitado poder, el Santo Escapulario, prometióle que cuantos murieren
revestidos de él no se condenarían.
Para merecer esta Promesa de la
perseverancia final, se requiere haber recibido el Escapulario de manos
de sacerdote, llevarlo siempre puesto, especialmente en la hora de la
muerte, e inscribir el nombre en el libro de la cofradía.
Segunda promesa
Estando orando el Papa Juan XXII, se le apareció la Virgen, vestida
del hábito carmelitano, y le prometió sacar el purgatorio del sábado
después de la muerte al que muriese con el Escapulario. María dijo al
Papa: “Yo Madre de misericordia, libraré del purgatorio y llevaré al
cielo, el sábado después de la muerte, a cuantos hubieses vestido mi
Escapulario”.
Tal es el privilegio Sabatino, otorgado por la Reina del Purgatorio, a
favor de sus cofrades carmelitas, el Papa Juan XXII y promulgado por
éste en la Bula Sabatina (3 de Marzo de 1322) aprobada después por más
de veinte Sumos Pontifices.
Por él, el Sábado siguiente a la muerte de los cofrades carmelitas, o
como lo interpreta la iglesia, cuanto antes, pero especialmente el
sábado, según declaración de Paulo V, la Virgen del Carmen, con cariño
maternal, los libra de la cárcel expiatoria y los introduce en el
Paraíso.
El Papa Paulo V expidió el 20 de enero de 1613 el Sgte. Decreto: “Permítase a los Padre Carmelitas predicar que el pueblo cristiano puede piadosamente creer que la Bienaventurada Virgen María con sus intececiones continuas, piadosas sufragios y méritos y especial protección, ayudara después de la muerte, principalmente el sábado, día a ella dedicado, a las almas de sus cofrades que llevaren el habito carmelitano”.
El Papa Paulo V expidió el 20 de enero de 1613 el Sgte. Decreto: “Permítase a los Padre Carmelitas predicar que el pueblo cristiano puede piadosamente creer que la Bienaventurada Virgen María con sus intececiones continuas, piadosas sufragios y méritos y especial protección, ayudara después de la muerte, principalmente el sábado, día a ella dedicado, a las almas de sus cofrades que llevaren el habito carmelitano”.
En 1950 recordaba Pío XII: “Ciertamente, la piadosa Madre no
dejará de hacer que los hijos que expían en el Purgatorio sus culpas,
alcancen lo antes posible la patria celestial por su interseción, según
el llamado privilegio sabatino, que la tradición nos ha trasmitido”.
Para ganar esta Promesa, el privilegio Sabatino, sobre los tres requisitos anteriores, se exige: usar el escapulario con fidelidad; observar castidad de acuerdo al estado de vida;.rezo del oficio de la Virgen (oraciones y lecturas en honor a la Virgen) o rezar diariamente 5 décadas del rosario.
Para ganar esta Promesa, el privilegio Sabatino, sobre los tres requisitos anteriores, se exige: usar el escapulario con fidelidad; observar castidad de acuerdo al estado de vida;.rezo del oficio de la Virgen (oraciones y lecturas en honor a la Virgen) o rezar diariamente 5 décadas del rosario.